¿Qué hacer cuando tu mejor empleado se va?

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El pánico se apodera de mí. En mi buzón de correo encuentro un email de mi mejor empleado presentando su renuncia. La impotencia me invade al comprobar que el Gerente de Recursos Humanos está en copia del email. Ya no hay nada que hacer. Aunque sea capaz de convencerlo para que recapacite, Recursos Humanos no dará su brazo a torcer. Ya escucho su voz como un trueno: «Ha renunciado a trabajar aquí, ni en sueños lo readmito».

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En su carta argumenta razones personales. Eso puede englobar cualquier cosa. Desde que lo ficha la competencia hasta que quiere montar su propio negocio, pasando por que se ha enamorado perdidamente y lo deja todo para vivir un año sabático con su nuevo amor. Vete tú a saber.

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En la carta también hay unas palabras hacia mi: I spent a very good time here in this company and learnt many things especially under the supervision of  Mr. Francisco Vedriel. I am thankful to him and his kindnesses to me.

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Logra conmoverme por un instante, pero el sentimiento se evapora como el agua en el desierto. ¡Lo quiero matar! Me siento traicionado, como si de una puñalada trapera se tratase. Últimamente he peleado por él. Yo sabía que deseaba un aumento de sueldo, además lo merece. Por eso hace dos semanas mi evaluación sobre su rendimiento anual fue excelente. Le puse por las nubes y recomendé encarecidamente una revisión al alza de su salario. ¿Qué habrá podido pasar?

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